¿Por qué cristianos no pueden juzgar a grupos expresamente satánicos?
Los grupos expresamente satánicos son la versión más elemental y simple de la rebelión del hombre contra Dios. No podemos dejarnos confundir. Preocupémonos más bien por las versiones más sutiles de Satanás, porque sus demonios no son visibles ni predecibles como estos grupos, porque los verdaderos demonios no se disfrazan de monstruos para asustar niños sino como ángeles de luz, amor, bondad y paz.


Nunca debemos juzgar el pecado de otros, como tampoco podemos desear juicio o castigo a aquellos que caen en el pecado de blasfemia. Debemos mostrar el amor y la sabuduría de Dios para que se acerquen a Cristo Jesús y abandonen su idolatría a la maldad del mundo.
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En Judas 9 vemos que ni siquiera Miguel, uno de los ángeles más poderosos, se atrevió a acusar al diablo mismo, ni de blasfemia ni de nada. Lo dejó todo al Señor y su juicio.Los grupos expresamente satánicos son la versión más elemental y simple de la rebelión del hombre contra Dios. No podemos dejarnos confundir. Preocupémonos más bien por las versiones más sutiles de Satanás, porque sus demonios no son visibles ni predecibles como estos grupos, porque los verdaderos demonios no se disfrazan de monstruos para asustar niños sino como ángeles de luz, amor, bondad y paz.
"Pero ni siquiera Miguel, uno de los ángeles más poderosos, se atrevió a acusar al diablo de blasfemia, sino que simplemente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!, Esto ocurrió cuando Miguel disputaba con el diablo acerca del cuerpo de Moisés " Judas 1:9
Preocupémonos más bien por las versiones del Diablo que no se notan fácilmente, es decir las que ocultan nuestro propio pecado, la hipocresía, fariseísmo, nuestra tendencia a creernos mejor que los demás, mejores que los incrédulos, el creernos buenos por nuestras propias obras, el amor al dinero, la lascivia, infidelidad, la rebelión, mentira, orgullo, nuestra incapacidad de someternos a una autoridad o al gobierno, el desprecio a nuestros padres o lo peor, nuestra incapacidad de reconocer que podemos ser pecadores en todo, incluso en blasfemia.
Nos recuerda Jesús, que debemos preocuparnos más bien por los ángeles de luz y bondad, ángeles que llevan la ley y mandamientos sin Jesús, que motivan a juzgar al pecador, a juzgar a los blasfemos, en vez de motivar al amor y a la salvación del mensaje de Cristo, a la buena nueva, no a la condenación del pecador. El juicio ya está escrito y no nos corresponde llevarlo como acusadores.Esto no se trata de buenos y malos, se trata de la salvación, del amor de Dios a través de Jesús.Cuando juzgamos a personas que se muestran como anticristo, es decir en rebelión contra el Señor, nos condenamos a nosotros mismos.
En todo caso siempre debemos orar por ellos, pedir por esas personas.“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.” Romanos 2:1“No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá” (Mateo 7: 1-2), y esto incluye el pecado de blasfemia o rebelión visible contra Jesús.“Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1).
Y esto significa personal y privadamente no en público. Cuando no podamos tener contacto personal con ellos, oremos en misericordia y en verdad por su salvación.“Hermanos míos, si alguno de entre vosotros se extravía de la verdad y alguno le hace volver, sepa que el que hace volver a un pecador del error de su camino salvará su alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados” Santiago 5:20