En mi debilidad soy fuerte en Cristo Jesús.
No hay un solo hombre de Dios autosuficiente en sus propias capacidades ni escogido por sus dones ni talentos, como el sistema religioso hace creer. Los talentos siempre han sido de él. Todos buscaron ser dependientes de Cristo para que Jehová se manifestara en ellos y toda la gloria fuese para Dios en cada victoria. Porque toda la gloria le pertenece al Señor.
Josué, recibió el espíritu de Cristo para poder liderar al pueblo y avanzar; David siempre reconoció que en el Señor estaba su fortaleza no en él; Moisés tartamudeaba, estaba viejo y nunca quiso avanzar a nada sin la presencia del Señor; Abraham era temeroso, mintió y provenía de un sistema idólatra; Gedeón, quería un ejército numeroso para vencer y demostró miedo, ansiedad y duda; Daniel buscaba estar en comunión permanente con el Señor; Pedro y Pablo se reconocieron así mismos como pecadores en su necesidad de Cristo; Juan el bautista, el más grande que ha pisado la tierra, reconocía que no había en él nada lo suficientemente digno ni siquiera para desatar las sandalias de Cristo.
No hay un solo hombre de Dios autosuficiente en sus propias capacidades ni escogido por sus dones ni talentos, como el sistema religioso hace creer. Los talentos siempre han sido de él. Todos buscaron ser dependientes de Cristo para que Jehová se manifestara en ellos y toda la gloria fuese para Dios en cada victoria. Porque toda la gloria le pertenece al Señor.
2 Corintios 12:9-11
"Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte."
1 Corintios 1:27-29
“Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse.”

